Nada pasa porque sí. Las circunstancias van armando el contexto para que, como la manzana de Newton, las cosas caigan por su propio peso. Después de haber integrado varias comisiones directivas, a los 64 años, Alejandro Torresi asumió la presidencia del Córdoba Lawn Tenis, en una suerte de proyección de la gestión de Claudio César.
“Coyuyo”, como lo apodan desde siempre, hijo de un recordado dirigente del tenis cordobés, con un pasado deportivo notable (a fines de los 70, principios de los 80), tiene peso específico propio. Quizá con un perfil bajo, pero ha visto picar muchas pelotas en las canchas de tenis cordobesas como para afrontar este desafío.
“He estado muchos años en las comisiones directivas del Lawn, entre 15 y 20 años con distintos presidentes. De las cuatro gestiones de Claudio estuve en tres, estuve también con Adolfo Mondejar, con José Antonelli. Conozco el funcionamiento, he visto como se manejó Claudio. Ahora tengo una tarea de mucha más responsabilidad, pero creo que vamos a seguir trabajando como siempre”, cuenta el nuevo titular.
Torresi sabe que las gestiones personalistas o individuales no resuelven los problemas de fondo. De hecho, una institución es el resultado del aporte de todos. Por eso, “les pedimos a los socios que colaboren, porque hay que tener presente que trabajamos ad honorem por el club solo porque tenemos la camiseta puesta”.
Pero, ¿será lo mismo que la gestión anterior? El contexto ha cambiado, la lista de la CD ha cambiado. “Hay que ver. Estoy con gente joven que quiere hacer otras cosas. Claudio (César) deja el club con superávit, hay que tratar de mantener eso, es muy importante, sobre todo con los años que se vienen con esta nueva economía y el nuevo gobierno. Van a ser difíciles. No sé si vamos a poder hacer muchas obras. Hay que mantener los torneos que son importantes, y jerarquizar la escuela de tenis que está un poquito caída”, anticipa.
-¿Cuál es tu perfil de dirigente?
-Me gusta trabajar en equipo, no soy un mandón. El punto es armar grupos y tratar de trabajar. Lo que pasa es que no todos trabajan al mismo ritmo, y un club es complicado, hay muchos empleados y hay que mantenerlo. De la comisión de Claudio quedamos ocho, 11 son nuevos, cuatro de ellos mujeres, y chicos jóvenes. Es una mezcla de jóvenes y adultos, como tenía Claudio. Todos son del Lawn y sienten el club.
La escuela de tenis, prioridad
La escuela de tenis es un punto fuerte en los objetivos, tanto de la gestión saliente como la que acaba de empezar. Pero es también una perspectiva de desarrollo, de a dónde apunta esta gestión y qué desea sostener.
¿Caída? “Hablo de nivel y cantidad. Hay chicos que se van y otros vuelven, hay pocas mujeres, pero eso es general. Hace 15 años que lo viene diciendo Gustavo Luza. Hay que ponerle el pecho. Ahora se hizo el W15 en el club para reflotar el tenis femenino, y hubo un nivel muy bueno para ser el de menor jerarquía de la escala ITF. Nos gustó muchísimo. Queremos tratar de mejorar en cosas que pueden estar un poco caídas, aunque claro, todo pasa por la economía también”, afirma.
Torresi deberá afrontar también un recambio generacional, un punto que no es menor y sí mucho más profundo. El perfil de lo que las nuevas generaciones esperan del Lawn. Él lo sabe: “Hoy ha pasado a ser un club social, a pesar de ser sólo de tenis. Siempre destaco que el punto número uno de estatuto es promover el tenis, y tenemos que hacer algo en ese sentido. Tenemos que ver como reclutar chicos y jerarquizar la escuela. Estamos en un promedio de edad de 50 años para arriba, aunque también se han hecho socios chicos jóvenes, entre 20 y 30, un buen grupo de chicos nuevos, pero no son niños”.
El Lawn ha mantenido una infraestructura impecable y muchos servicios estos años. La pregunta es si es gente que se suma al tenis, o es que el Lawn está absorviendo gente de otros clubes. “Salvo un par de excepciones, los demás vienen a la fuente. Los otros clubes tradicionales también tienen un promedio de edad muy alto, Athletic, Junior, Jockey, y después están los privados que complicaron el tenis. Ahí los chicos hacen su grupo, juegan y se van a su casa, y compiten poco. A los torneos seniors que hacemos en el Lawn vienen poco de otros clubes. Hemos invitado mucho, pero juegan poco los torneos, prefieren jugar más torneos sociales. Tienen poco incorporada la competición”, advierte Torresi.
Sobre los torneos, el nuevo titular aseguró que “tenemos que tratar de mantener los torneos internacionales, que va a ser complicado con el tema del dólar. Hay que conseguir el dinero de esponsores, por más que la AAT apoya, hay que salir a buscar. Te da las pelotas, tenés las inscripciones, pero no alcanza”.
Estas acciones mantienen al Lawn como el club de referencia en Córdoba. “Somos el único club de tenis en Córdoba y tenemos que dar la mejor imagen. Se ha perdido mucho, se ha hecho muy social, pero es lo que tenemos. Por eso hay que levantar un poco las escuelas, y no sólo en el Lawn. Hay quienes reniegan de la historia, pero lo que hace a los clubes es la historia”, resalta.
Tratando de hacer pie en este macro contexto, Torresi quiere cerrar su gestión con objetivos bien claros: “levantar las escuelas de tenis; mantener la economía del club y la infraestructura, que es difícil e importante; sostener los torneos, de primera, menores, profesionales; y de acá a dos años, le vamos a dejar el camino a los más jóvenes”, concluye.
Su paso por la presidencia del Córdoba Lawn puede ser una gestión bisagra, donde una visión de club empiece a transformarse en otra. Justo él. Con pasado notable de tenista, hijo de un dirigente histórico en Córdoba y portador de los valores del tenis puro de décadas atrás, será probablemente, el encargado de la transición a otra idea de institución.
“Lo que hace a los clubes es la historia”, afirma. No hay que olvidarlo.